
Los jóvenes gritaban mientras los ancianos lloraban (Esdras 3:10-13)
Failed to add items
Add to basket failed.
Add to Wish List failed.
Remove from Wish List failed.
Follow podcast failed
Unfollow podcast failed
-
Narrated by:
-
By:
About this listen
Debido a la negativa de Israel a abandonar sus ídolos y adorar al único Dios verdadero, fueron castigados por el Señor y fueron llevados al cautiverio por los babilonios. Este cautiverio había de durar 70 años (cf. Jeremías 25:11-12). Este período de 70 años comenzó en el año 605 a. C., cuando el rey babilonio Nabucodonosor invadió y subyugó a Israel. Más tarde, en el año 586 a. C., después de que Israel se rebeló contra él, Nabucodonosor destruyó completamente Jerusalén, el templo y todo el mobiliario del templo. También se llevó todos los tesoros del templo en ese momento. Durante los siguientes 70 años, Israel vivió en cautiverio, sin un templo y sin las fiestas, sacrificios y rituales prescritos por la Ley. Ciro, el persa, derrocó a los babilonios en el año 539 a. C. y en el 538 a. C. dio permiso para que los judíos regresaran a su tierra natal. Casi 50.000 judíos abandonaron Babilonia y regresaron a Palestina. Tres años más tarde, en el año 535 a. C., pusieron los cimientos de un nuevo templo, poniendo así fin a los 70 años de su cautiverio.
Nuestro texto registra para nosotros la colocación de los cimientos de este nuevo templo. Para muchos de los judíos presentes ese día, fue un momento de gran alegría. La Biblia dice que gritaron de alegría (v. 12). Pero, otros que estaban allí ese día no podían gritar sobre lo que estaban viendo. En cambio, dice la Biblia, “lloraban en alta voz” (v. 12). ¿Por qué es que un grupo está tan emocionado y está alabando al Señor, mientras que el otro grupo está triste y llorando? Creo que la Biblia tiene la respuesta a esa pregunta. También creo que al responder a esa pregunta, también descubriremos algunas verdades muy valiosas para nosotros. Hoy, mientras el Señor nos concede libertad, quiero predicar este sermón que lleva por título: “Los jóvenes gritaban mientras los ancianos lloraban”. Dios tiene algo aquí para nosotros, si estamos dispuestos a recibirlo.