
DIA 131 - David Lleva el Arca de Dios a Jerusalén
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Hoy estaremos leyendo 2 Samuel 5 y 6, Hechos 8:1-25 y el Salmo 79:8-13. En 2 Samuel 5, todas las tribus de Israel se unen para reconocer a David como su rey. Dios le da victoria sobre Jerusalén, estableciendo la ciudad como su capital. David consulta a Dios antes de enfrentar a los filisteos y el Señor le da instrucciones específicas para la victoria, mostrando que la clave no es la fuerza humana sino la obediencia a la dirección divina. En 2 Samuel 6, David intenta traer el arca de Dios a Jerusalén, pero lo hace sin seguir las instrucciones dadas por Dios, lo que resulta en la muerte de Uza. Más adelante David rectifica y trae el arca con reverencia y celebración, entendiendo que la presencia de Dios debe ser tratada con santidad.
Reflexiona ¿Buscas la dirección de Dios antes de avanzar en tus planes? ¿Estás tratando la presencia de Dios con el honor y el respeto que Él merece?
En Hechos 8, después de la muerte de Esteban se desata una gran persecución en Jerusalén y los creyentes son esparcidos, pero donde van llevan el mensaje del evangelio. Felipe predica en Samaria y multitudes escuchan y reciben el evangelio con gozo. Simón el hechicero también cree, aunque luego revela que su corazón está mal al tratar de comprar el poder del Espíritu Santo. La obra de Dios no puede ser manipulada ni usada para fines egoístas.
Reflexiona ¿Estás compartiendo el evangelio donde Dios te ha colocado incluso en medio de dificultades? ¿Qué motiva tu deseo de los dones y el poder de Dios el ego o el deseo genuino de glorificar a Cristo?
En el Salmo 79, el salmista clama a Dios pidiendo que no recuerde los pecados pasados del pueblo, sino que actúe según su compasión. Pide que Dios venga pronto en ayuda de su pueblo y que el juicio caiga sobre los enemigos reconociendo que la misericordia divina es la única esperanza verdadera.