
674. El rio Ganges (Mito India)
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Juan David Betancur Fernandez
elnarradororal@gmail.com
Había una vez, en la era de los grandes reinos cuando los dioses aún caminaban entre los hombres y los ríos hablaban en sueños,, vivía el rey Sagara, poderoso y orgulloso. Deseando afirmar su supremacía, ordenó a sus 60,000 hijos que buscaran el caballo robado de un ritual sagrado.Este caballo había sido robado por Indra y llevado a Patala cerca de la ermita de el sabio Kapila. Los hijos de Sagara viajaron hasta la ermita de dicho sabio y rodearon y profanaron el santuario donde el sabio estaba meditando en silencio e ignorante de lo que estaba sucediendo Cuando Kapila abrio los ojos y vio los 60 mil hijos de Sagara alrededor Kapila, . Su mirada era fuego.
“La ignorancia es la mayor ofensa,” dijo, y con un solo pensamiento, redujo a cenizas a los 60,000 hijos.
Sus almas quedaron atrapadas en el mundo intermedio, sin poder ascender ni reencarnar. El linaje de Sagara quedó maldito.
Generaciones después, nació Bhagiratha, último heredero de esa estirpe. No era guerrero ni conquistador, sino un hombre de profunda compasión. Al conocer el destino de sus ancestros, juró liberarlos. Bhagiratha, joven pero sabio, decidió romper el ciclo.
Renunció al trono, vistió ropas de corteza, y se retiró a las montañas del Himalaya, donde el cielo toca la tierra donde el aire es delgado y los pensamientos se vuelven claros como cristal.. Allí, entre glaciares y vientos que hablan en lenguas antiguas, meditó durante mil años, inmóvil como una roca, su mente fija en la redención y alimentándose solo de luz y voluntad
Los dioses lo observaron. Brahma, el creador, descendió en un rayo de luz.
Los dioses lo observaron. Brahma, el creador, se conmovió por su devoción y le ofreció una solución: haría que Ganga, el río celestial que fluía entre las estrellas, descendiera a la tierra para purificar las cenizas de sus ancestros. Pero había un problema:
“Si Ganga cae directamente, su fuerza destruirá la tierra. Solo Shiva, el señor de la transformación, puede contenerla.”
Bhagiratha comenzó una nueva penitencia, esta vez dirigida a Shiva, el dios que habita en la frontera entre la vida y la muerte. Shiva, con su piel cenicienta y su cabello como raíces cósmicas, meditaba en el monte Kailash. Las plegarias llegaron hasta Shiva quien . Abrió su tercer ojo, y el universo tembló.
Con voz profunda y grave el dios dijo “Acepto tu suplica ”, dijo. “Que Ganga caiga sobre mí.”
Y así ocurrió. Los cielos se abrieron
Desde los reinos celestiales, Ganga, la diosa del río, descendió. , Ganga descendió como una serpiente de luz, una corriente de agua que brillaba con estrellas. Su cuerpo era agua luminosa, su voz era canto, su mirada era compasión. Pero también era orgullosa.
“¿Por qué debo descender al mundo de los hombres?”, preguntó. Bhagiratha respondió: “Para liberar a los que sufren. Para unir cielo y tierra.”
Ganga aceptó. Cayó como un torrente de estrellas. Pero justo antes de tocar la tierra, Shiva la atrapó en su cabello, enredándola en sus trenzas como quien guarda una flor de una tormenta o un relámpago en una caja de madera.
La diosa se agitó, furiosa. Shiva sonrió, y con un gesto, liberó una hebra de su cabello De esa hebra nació el río Ganga, que serpenteó por las montañas, siguió a Bhagiratha por valles y desiertos, hasta llegar al lugar donde yacían las cenizas de sus ancestros. Al tocar la tierra, el agua cantó.y Las almas de aquellos 60000 antepasados de Bhagiratha se elevaron como pájaros, libres al fin.
Desde entonces, Ganges es más que un río. Es madre, es diosa, es puente e