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RITA finalist Julie Klassen has earned numerous awards for her popular historical romance novels. In The Maid of Fairbourne Hall, pampered Margaret Macy flees her home in London to avoid marrying a dishonorable man. Now, with no money and no place to stay, Margaret does the unthinkable: she takes a job as a housemaid in the home of two brothers - both of whom are former suitors. As an “invisible” observer, Margaret realizes she may have misjudged one brother and wonders if it’s too late to win his admiration.

Abigail Foster is the practical daughter, and she fears she will end up a spinster. Facing financial ruin, Abigail and her father search for more affordable lodgings, until a strange solicitor arrives with an astounding offer: the use of a distant manor house that has been abandoned for 18 years. The handsome local curate welcomes them but offers a stern warning: beware of rumours that Pembrooke Park contains a secret room filled with treasure.

Lillian Haswell, brilliant daughter of the local apothecary, yearns for more adventure and experience than life in her father's shop and their small village provides. She also longs to know the truth behind her mother's disappearance, which villagers whisper about but her father refuses to discuss. Opportunity comes when a distant aunt offers to educate her as a lady in London

Sophie Dupont assists her father in his studio, keeping her own artwork out of sight. In private she paints the Devon coast, popular with artists - including handsome Wesley Overtree. Captain Stephen Overtree is accustomed to taking on his brother Wesley's responsibilities. However, Stephen is stunned to learn Wesley has sailed for Italy and left his host's daughter in serious trouble. Stephen feels duty-bound to act and so proposes to Sophie to save her from scandal.

Der Herzog von Kent und seine Familie verbringen den Winter in Sidmouth und ein Teil der Dienerschaft wird im Gästehaus der Summers-Schwestern untergebracht. Das sorgt für unerwartete romantische Gefühle und bringt gut gehütete Geheimnisse ans Licht. Emily Summers träumt noch immer davon, Autorin zu werden. Als ein ortsansässiger Verleger verspricht, ihre Arbeit in Betracht zu ziehen, sieht sie ihre Chance. Die Bedingung: Sie muss einen Reiseführer über Sidmouth schreiben. Emily stimmt zu und beginnt mit Hilfe des gut aussehenden Privatsekretärs des Herzogs von Kent, die Gegend zu erforschen.

Claire Summers cayó en desgracia y por eso tuvo que irse lejos. ¿Cómo volver a casa ahora? Tal vez ese anuncio en el que se busca a una señora «respetable» sea la vía.

Um der Heirat mit dem skrupellosen Neffen ihres Stiefvaters zu entgehen, taucht Margaret Macy im herrschaftlichen Gut Fairbourne Hall als Dienstmädchen unter. Wenn sie bis zu ihrem Geburtstag durchhält, kann sie sich durch ein großes Erbe ein eigenständiges Leben aufbauen. Allerdings hat Margaret nicht damit gerechnet, dass die Arbeit so hart sein würde. Und dann entpuppt sich der Hausherr ausgerechnet als früherer Verehrer, dem sie einen Korb gegeben hat. Auch ihre Verfolger geben so schnell nicht auf.

Als seine Mutter ihm den Geldhahn zudreht, bleibt Richard nichts anderes übrig, als sein spannendes Leben als Schriftsteller in London zurückzulassen und in sein Heimatdorf zurückzukehren: Ivy Hill. Widerwillig lässt er sich darauf ein. Mit der Zeit beginnt er sich dort wohlzufühlen, woran die junge, hübsche Arabella nicht ganz unschuldig ist ... Er beschließt, zu bleiben, und zieht in sein eigenes Cottage, wo er sich wunderbar zum Schreiben zurückziehen kann. Doch Arabella folgt ihrem Traum und geht nach London.

El abogado Benjamin Booker ha cometido un error humillante... y se promete a sí mismo que no volverá a confiar en una mujer bonita. Que el socio senior del bufete en el que trabaja le proponga investigar el asesinato de su mejor amigo es la oportunidad que esperaba para dejar Londres. Durante la investigación, las pistas le llevan hasta una oscura isla del Támesis, rodeada de niebla y misterio. Allí, tropieza por segunda vez con la misma piedra: empieza a enamorarse de la principal sospechosa, una mujer que asegura no haber salido de la isla desde hace diez años...

Cualquiera puede cometer un error y, desde luego, la hija de un vicario, también. Por eso, Charlotte Lamb tendrá que pagar por el suyo y apartarse de la sociedad. Decidida a ocultarse a ojos de todos, se refugia en Milkweed Manor, una casa londinense que intimida con su sola presencia y de la que todos hablan, pues se dice que sus paredes ocultan oscuros secretos.

Lord Bradley acaba de enterarse de un terrible secreto, algo que, de saberse, cambiaría su vida para siempre. Cuando avista una figura en la lejanía, teme que sea un espía o un ladrón a oídos del cual hayan llegado las devastadoras noticias. Pero se lleva una sorpresa mayúscula al descubrir que el intruso no es sino una mujer, o lo que queda de ella, pues han intentado estrangularla. Debido al ataque sufrido, la joven no puede hablar, pero aún así, Bradley teme que sea capaz de divulgar su secreto.

Mientras Lilly trabaja en la botica de su padre, preparando hierbas y remedios de memoria, nunca deja de pensar en su madre, que les abandonó cuando ella era todavía una niña. Todo el mundo en el pueblo murmura sobre lo sucedido, pero nadie le cuenta nada y su padre tampoco habla del asunto.

En Ivy Hill, un pueblecito situado en una colina, está Bell Inn, la posada que es el alma del pueblo, allí donde se detienen los coches de postas, donde llegan las noticias, el correo, los viajeros y los productos más diversos. Jane Bell vive junto a la posada, el negocio de su marido. En tiempos fue una gran dama, pero lo dejó todo por amor, para casarse con el posadero. Él le prometió que la trataría como a una reina y que nunca tendría que trabajar…

Rachel Ashford vive en Ivy Cottage con Mercy Grove. Ella es una señorita que ha ido a menos y tiene que encontrar la manera de ganarse la vida. Las mujeres del pueblo la animan a que abra una biblioteca por suscripción con los muchos libros que ha heredado y los que ha recibido en donación. Lo que no espera es encontrar un par de asuntos misteriosos entre ellos… Y menos que, quien un día le rompió el corazón, la ayude a buscar pistas.

Margaret Macy se ve obligada a disfrazarse y huir de Londres con la única ayuda de su doncella para evitar casarse con un hombre que solo persigue su herencia. Sin dinero ni un sitio adonde ir, consigue trabajo como criada en la mansión de un antiguo pretendiente, Nathaniel Upchurch, al que una vez rechazó, pues creía estar enamorada de su hermano.

Laura Callaway sale a pasear todos los días por la playa, en la costa de Cornualles, una zona conocida por los muchos naufragios que allí se producen y por los pocos supervivientes que quedan. Ella misma, que es huérfana y vive con su tío, un párroco casado con una mujer a la que poco importa, se siente como un náufrago, pues es huérfana y esa casa no es su hogar.

Rebecca Lane regresa a su pueblo preocupada por su hermano. Este parece ver fantasmas, como si estuviera perdiendo la razón. Cuando llega, este le pide que se quede con él en Swanford Abbey, un lujoso hotel que en tiempos fue una abadía medieval, un lugar del que la gente dice que está embrujado. Su hermano espera la llegada de un autor famoso, alguien que un día les traicionó, para que lo ayude a publicar ahora su manuscrito. Y para colmo, allí se topa con una persona que vuelve de su pasado, un hombre que un día le rompió el corazón; sir Frederick, antiguo vecino, baronet y magistrado.

¿Cómo puede ser que en un pueblo no esté permitido bailar? ¿De qué va a vivir allí un profesor de baile? Alec Valcourt es profesor de baile y el hombre de la familia. Junto a su madre y su hermana se muda a un remoto rincón de Devonshire, un lugar donde empezar de nuevo. Pero eso va a resultar difícil: la matriarca del pueblo ha prohibido el baile. Pero ¿por qué? Sin embargo, su hija, Julia Midwinter, parece convertirse en su mejor aliada, aunque la verdad es que no sabe si fiarse mucho…

A la muerte de su padre, Sarah Summers y sus hermanas quedan sumidas en la pena… y la pobreza. Con el fin de ayudar a su madre enferma, Sarah convence a sus hermanas de abrir a huéspedes la casa que tienen junto al mar. Emily y Georgiana están de acuerdo, pero no Viola, que tiene que llevar un velo para ocultar una cicatriz que tiene en la cara. Cuando se embarcan en el proyecto, no esperan recibir otros visitantes que ancianos o convalecientes, pero no, también las visitan caballeros que están de buen ver.

Abigail Foster no quiere acabar siendo una solterona, pero sabe que su minúscula dote no le va a servir para incrementar sus encantos, y el único hombre que ella creía que le pediría su mano, un amigo de toda la vida, resulta que se ha enamorado de su hermana pequeña, más bonita que ella. Cuando los problemas financieros fuerzan a su familia a vender su casa de Londres, un extraño abogado aparece con una oferta increíble: pueden irse a vivir a una lejana casa señorial que lleva dieciocho años abandonada.