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La Palabra Contemplada

La Palabra Contemplada

By: JC Moreno
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Lectura y reflexión de las lecturas de la misa dominical. Una ayuda para crecer en tu fe católica. Espero estas reflexiones te ayuden a tener un encuentro con Jesucristo.JC Moreno Christianity Spirituality
Episodes
  • ¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego?-8o. Domingo Ordinario
    Feb 25 2025
    “Al agitar el cernidor, aparecen las basuras; en la discusión aparecen los defectos del hombre.” Eclesiástico 27-4 La primera lectura de este octavo domingo del tiempo ordinario hacer referencia a varios tipos de pruebas. La mejor medida del carácter de alguien es ver cómo responde ante las pruebas. Así como al agitar el colador quedan en él las basuras no deseadas, al probar a alguien en su manera de hablar se descubren sus defectos. Nuestras palabras revelan el interior de nuestro corazón, y dejan al descubierto nuestro pensar, o nuestra falta de pensar. Así como el fuego pone a prueba la calidad de la vasija de barro, así el consejo del hombre demuestra su entereza. Finalmente, así como el fruto del árbol revela la calidad del mismo, las acciones del hombre nos dicen si el hombre es malo o bueno. Ya sabemos de parte de Jesucristo su opinión sobre lo que se tiene que hacer con un árbol que no brinda buenos frutos: hay que cortarlo. De la misma manera, Dios cortará de su presencia a aquél que por su maldad no haya dado frutos de conversión. Que Dios nos dé el discernimiento para poder evaluar las palabras y acciones de las personas, para aprender de ellas si son buenas, o llamarlas a la conversión si no llegan a la medida de Dios. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor! Salmo – (cf. 91:2a) La gratitud del ser humano es una disposición que agrada a Dios, y este domingo el salmista nos repite este mensaje: “¡Qué bueno es darte gracias, Dios altísimo.” De acuerdo a la introducción al salmo, este himno de agradecimiento es para realizarse durante el sábado, el día original del Señor. El salmista da gracias a Dios en canto, usando instrumentos musicales, buscando la mejor manera de ofrecer su alabanza a Dios. El salmista nos describe la manera en que el justo prospera: alto como una palma, fuerte como un cedro. Así sucede con los que creen en Dios – cada vez se parecen más a Él. En unos versículos no incluidos en la liturgia, el salmista nos describe al malvado también floreciendo, pero no de manera majestuosa como el bueno, sino de una manera burda, como la hierba. Esta hierba solo estorba, erosionando el suelo y trayendo malestar a la tierra. El justo, sin embargo, es fuente de abundante fruto, aun en su vejez, como nos dice el salmista. Que el Señor nos conceda en su gracia el tener siempre una actitud de agradecimiento en nuestro corazón, reconociendo la grandeza de sus obras. “¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?” – 1 Corintios 15:55 La Resurrección de Jesús es el centro de la esperanza cristiana, y san Pablo se ocupó de predicar y explicar su magnitud. En la segunda lectura de los últimos tres domingos la Iglesia nos ha presentado para nuestra reflexión, edificación, y crecimiento en la fe pasajes tomados del capitulo 15 de la Primera Carta a los Corintios. En este capítulo Pablo defiende el evento de la Resurrección como algo comprobable por el hecho del testimonio de los discípulos de Jesús, y muchas personas más. Por eso él, y los demás discípulos predican a Jesús resucitado. En este domingo, su enseñanza sobre la resurrección llega a su cúlmen. La Resurrección implica una transformación. Por la Resurrección de Cristo, el ser humano tiene la esperanza de la vida eterna. La naturaleza humana comparte de la incorruptibilidad de Cristo. La muerte ha sido vencida por Cristo, y no tiene la última palabra sobre nosotros. Esta esperanza nos da el aliento para seguir adelante en la vida, a pesar de toda prueba. Reforzados en la fe, Pablo nos exhorta a estar firmes y siempre progresando en la obra del Señor. Que Dios por su gracia nos conceda el mantenernos seguros en nuestra fe. “¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego?” – Lucas 6:39 El texto del evangelio de este domingo forma parte del mensaje de las Bienaventuranzas que escuchamos la semana pasada. Como tal, debemos considerarlo como parte de la enseñanzas que Jesús quiere sean formativas para todos aquellos que se decidan a seguirlo. Nosotros que tenemos la gracia de conocer a Jesús, e incluso nos consideramos sus discípulos, estamos llamados a guiar a otros hacia Jesús. La advertencia de Jesús de como un ciego no puede guiar a otro ciego quizás esté ligada a la advertencia que oímos la semana pasada: “no juzgen, y no serán juzgados.” No podemos estar cegados por nuestras propias faltas. Jesús nos dice “¿Cómo es que miras la astilla que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo?” El pecado en el que vivimos muchas veces nubla nuestro entendimiento, y no podemos ver la luz que Jesucristo nos da. Hay que pedirle a Dios que purifique nuestro corazón para que podamos ver claramente el camino que Él nos tiene trazado. La siguiente admonición “No está el discípulo por encima del maestro” sería una advertencia de cuidarse de aquellos falsos maestros, que en su vanidad inventan ...
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    16 mins
  • Amen a sus enemigos-7o Domingo Ordinario
    Feb 18 2025
    “El Señor le dará a cada uno según su justicia y su lealtad” – 1 Samuel 26:23 El hombre justo sigue la voluntad de Dios, y el rey David en la primera lectura de este domingo se muestra como alguien que vive y piensa “según el corazón de Dios.” David en este pasaje se niega a tomar la oportunidad de matar a Saúl, aun a pesar de haber sido perseguido sin piedad por él, quien por envidia buscaba matarle. Con esto, David se muestra fiel a las promesas de Dios, y no busca tomar la vida de Saúl, quien aun a pesar de sus faltas, había sido ungido por Dios. David es un hombre de fe y sabe que no le corresponde a él hacer pagar a Saúl por sus acciones, más bien sufre pacientemente sus agravios. Por estas razones David es modelo para nosotros. ¿Cuántas veces nosotros tomamos la oportunidad de tomar ventaja de alguien cuando está en una posición de debilidad? ¿Cuántas veces nos vengamos de los que nos han causado daño? David confía en el Señor y es paciente sabiendo que él le hará justicia. Oremos para Dios nos conceda imitar a David y actuar siempre de acuerdo a su voluntad. “El Señor es compasivo y misericordioso.” – Salmo 102:8a Alabar y bendecir a Dios es un gran privilegio que tenemos nosotros sus criaturas. El bendecir su nombre atrae hacia nosotros la bendición de Dios. Este es uno de los beneficios que Dios nos da, entre los numerosos y grandes beneficios de la creación y la vida que nos da. Dios nos da su bendición, su cuidado, su gracia. Los versículos esocogidos para este domingo enumeran como dones de su bendición el perdón de los pecados, y la restauración a la vida. Entre todos los beneficios con que Dios nos mostró su amor misericordioso están estos dos: el perdón y la vida. Tanto nos amó Dios que nos mandó a su Hijo único para salvarnos. Jesús nació por nosotros, para traernos el perdón y darnos una nueva vida en libertad. Por eso el salmista se desborda de agradecimiento e inspirado por el Espiritu Santo nos deja de manera bellísima la descripción de Dios como “clemente y compasivo, lento a la cólera y lleno de amor.” Que diferente a nosotros, que con frecuencia somos precisamente lo contrario. Llenos de su amor, roguemos para que día a día podamos parecernos más a nuestro Dios misericordioso. El primer hombre, hecho de tierra, es terreno; el segundo viene del cielo. – 1 Corintios 15:48 La Resurrección de Jesús es el evento central de nuestra fe. El domingo pasado escuchamos la enseñanza de San Pablo, quien nos dijo: “si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación, y vana es su fe” (1 Corintios 15:16). Ahora en la segunda lectura de este domingo, San Pablo nos habla de Adán, el prototipo, y Jesús, el segundo Adán, como el cumplimiento. Somos miembros de la familia humana, y pertenecemos a Adán al nacer, pero espiritualmente hablando, somos de Cristo, pues en él hemos renacido a una nueva vida de gracia por el Bautismo. Si no conocemos a Cristo, nos quedamos con lo de este mundo, con lo que es sólo terrenal. Al conocer a Cristo, tenemos abiertas las puertas del cielo. Jesucristo, nos dice San Pablo, es primogénito en todo. Él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia. Esto significa que al resucitar él, entonces también nosotros resucitaremos. Que quede claro, este argumento no significa que el espíritu es bueno y la carne es mala. Lo que resucita es la carne. El ser humano en su resurrección es restaurado al plan original de Dios. Que Él por su gracia nos guíe a un mejor entendimiento y anhelo de su segunda venida, para vivir siempre en su compañía. Amen a sus enemigos, hagan bien a los que los odien, – Lucas 6:27b En el evangelio de este domingo Lucas el evangelista nos muestra varias de las enseñanzas de Jesús que demuestran que él no es maestro ordinario, y que va más allá de las enseñanzas de otros. Jesús nos llama a amar, no sólo al que nos ama, sino incluso a nuestros enemigos, buscando hacerle bien a los que nos odian. Jesús nos llama a amar como Dios ama: a todos sin importar lo bueno o malo que sean. Y Jesús también nos enseña a amar como el Padre ama, no a medias, no simplemente sin hacer daño, o por conveniencia, sino deseando el bien para los demás. Esta manera de amar es una enseñanza que haría mucho bien en el mundo. Hace unos cuantos días celebramos en la sociedad el “día del amor y de la amistad” intercambiando dulces, tarjetas y buenos deseos. No que esto sea malo, pero creo que nosotros podemos hacer una contribución más grande para mostrarle al mundo el amor verdadero, el amor que proviene de Dios. Podemos empezar amando y enseñando esta manera de amar a nuestras familias. Podemos enseñar a las parejas jóvenes pensando en casarse que el verdadero amor no es un sentimiento que va y viene, sino que el amor verdadero es una decisión que es reforzada por la gracia de Dios en el sacramento del matrimonio. Que Dios nos ayude y nos guíe a crecer en su amor. ...
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    19 mins
  • La Presentación del Señor
    Jan 30 2025

    La fiesta de la Presentación del Señor celebra la llegada del anhelado salvador y mesías, y su encuentro con dos representantes de los fieles de Israel: Ana y Simeón.

    En la primera lectura el profeta Malaquías anuncia al futuro mensajero que prepararía el camino en anticipación de la llegada de Dios. Esta es una visión que se cumple en la persona de Juan el Bautista, quien fue el precursor de Jesús. En sus comentarios, los Padres de la Iglesia ven en este texto un anuncio tanto de la primera, como de la segunda venida de Jesucristo cuando Malaquías escribe: “¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca?” Con la presentación del Señor se inauguran la etapa de los últimos tiempos, y debemos vivir siempre preparados para su segunda venida en gloria.

    A su debido tiempo Jesús es presentado en el templo, como lo ordenaba la ley. Esto nos apunta hacia su papel como sumo sacerdote, lo cual nos habla la segunda lectura de este domingo. En este pasaje de la Carta a los Hebreos, su autor nos enseña que Jesús tomó nuestra humanidad para ser mediador entre nosotros y Dios, y de esa manera expiar los pecados del pueblo. Jesús como verdadero Dios y verdadero hombre es el puente entre nosotros y Dios, y puede reparar nuestra relación con Dios que fuera perdida por el pecado. Con su sufrimiento nos ganó la salvación, y hoy su sacrificio de entrega en la cruz nos ha dado la libertad sobre el pecado y sobre la muerte.

    En el evangelio de este domingo vemos el episodio de la Presentación de Jesús en el templo, algo que ocurre en el contexto del ritual de purificación de María después de dar a luz al mesías. De acuerdo con la ley, una mujer que daba a luz a un varón no podía tocar cosas sagradas, o entrar en el templo por 40 días, hasta que ofreciera un sacrificio en Jerusalén. En el templo vienen a su encuentro estas dos figuras de Simeón, y Ana la profetiza, fieles judíos que aguardaban la venida del Mesías. Ante la presencia del salvador de Israel Simeón estalla de júbilo con una oración que la Iglesia repite en su liturgia de las horas y que es un recorrido por los pronunciamientos de los profetas antiguos. Como fue anunciado, Jesús traía la salvación, era luz para los gentiles, y vendría a dividir a la nación, con unos aceptándolo y otros rechazándolo. Roguemos a Dios para que con su gracia nos ayude a reconocer en Jesús nuestra salvación, y nos unamos a su misión de proclamar el Reino de Dios a todos los pueblos.

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    15 mins
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