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  • Los tres altares y las cuatro manifestaciones
    Oct 22 2025
    Resumen: Los tres altares y las cuatro manifestaciones Basado en 1 Reyes 18 Esta enseñanza nos lleva al monte Carmelo, donde Elías confronta al pueblo de Israel y a los profetas de Baal. Pero más allá del milagro del fuego, el pasaje revela tres tipos de altares —tres realidades espirituales— y cuatro manifestaciones de Dios que nos enseñan cómo Él actúa, cómo responde… y cómo a veces calla. 1. El altar a Baal: el altar del silencio absoluto El primer altar es el de la idolatría. Es un altar lleno de ruido, de danza, de gritos y de espectáculo… pero vacío de la presencia de Dios. Los profetas de Baal invocaron desde la mañana hasta el mediodía, se cortaron, clamaron con violencia, pero “no hubo voz, ni quien respondiese”. Es el silencio absoluto: la manifestación del abandono espiritual. El silencio de Dios no es ausencia; es mensaje. A veces Dios calla para llamar al arrepentimiento, para mostrar que se ha roto la comunión, o porque su pueblo vive dividido entre dos pensamientos. Así ocurrió en tiempos de Elí: “la palabra de Jehová escaseaba y no había visión con frecuencia” (1 Sam. 3:1). También durante los 400 años entre Malaquías y Juan el Bautista: siglos de silencio que anunciaban la llegada del Verbo. El silencio más elocuente del Evangelio fue el de Jesús ante Herodes y Pilato. No respondió a la arrogancia, ni al poder político ni religioso que buscaba manipularlo. Su silencio desenmascaró la injusticia. Y el silencio más profundo de todos fue el del Padre hacia el Hijo en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mt 27:46). Ese silencio no fue abandono, sino redención: el Padre calló al Hijo para nunca más callar con nosotros. Jesús fue desamparado para que tú nunca lo seas. El cielo guardó silencio con Él, para que hoy puedas oír la voz del perdón: “Eres mío, te amo, no te dejaré ni te desampararé.” 2. El altar del Carmelo: el altar del fuego consumidor El segundo altar es el que Elías reconstruye con doce piedras, símbolo de las tribus de Israel. Sobre él coloca el sacrificio, la leña, el agua… y ora. Entonces cayó fuego de Jehová y consumió todo: el holocausto, la leña, las piedras, el polvo y hasta el agua de la zanja. Muchos se preguntan: ¿por qué Dios envió fuego y no lluvia? Porque este fuego no era de bendición sino de consumo, de purificación, de juicio sobre un altar contaminado. En la Escritura hay distintos fuegos: * Fuego de aprobación: el que cayó sobre el altar de David, de Salomón, de Gedeón o de Moisés, confirmando su obediencia. * Fuego protector: la columna que alumbraba al pueblo en el desierto (Sal 105:39). * Fuego revelador: el de la zarza ardiente o el horno de los tres jóvenes. * Fuego purificador: que limpia el oro y las impurezas (Nm 31:23). Pero el fuego del Carmelo fue fuego consumidor. Un fuego de descontento. El Señor respondió a la oración de su siervo, pero dejó claro su disgusto por la idolatría del pueblo y por un altar levantado fuera del lugar que Él había escogido (Jerusalén). El Carmelo no debía convertirse en santuario, sino en advertencia: el fuego debía arder en los corazones, no en las piedras del monte. Por eso consumió cinco cosas: 1. El holocausto: símbolo de la entrega. 2. La leña: el esfuerzo humano. 3. Las piedras: las estructuras religiosas. 4. El polvo: la humanidad carnal. 5. El agua de la zanja: las aguas estancadas de la religiosidad sin vida. El fuego de Dios consume todo lo que no proviene de Él. Fue una manifestación poderosa, pero no la más alta. El fuego puede purificar, pero también destruir. Dios no estaba en el fuego, sino en el silbo apacible que vino después (1 Re 19:12). Por eso, la verdadera meta no es buscar manifestaciones espectaculares, sino corazones obedientes. Nuestro Dios es fuego consumidor (Dt 4:24; He 12:29), pero desea transformar, no sólo quemar. 3. El altar de Elías: el altar de la lluvia sanadora Tras el fuego vino la oración. Elías subió a la cumbre del Carmelo, se postró en tierra y puso su rostro entre las rodillas. No ofreció sacrificios materiales, sino su propia vida como ofrenda. Allí se derramó en intercesión, esperando hasta ver “una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre”. La lluvia representa restauración, gracia y vida nueva. Mientras el fuego consume, la lluvia sana. El altar que agrada al Señor no es de piedra, sino de corazón quebrantado. Elías mismo se convirtió en el altar: derramado como libación delante de Dios. Así lo entendieron también Pablo y Timoteo: “aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio de vuestra fe, me gozo…” (Fil 2:17) — “yo ya estoy para ser derramado como ofrenda” (2 Tim 4:6). Dios busca adoradores como Elías: no los que levantan altares de espectáculo, sino los que se ofrecen en obediencia. Esa es la verdadera manifestación: el altar de la lluvia sanadora. La lluvia viene cuando el siervo se...
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    1 hr and 20 mins
  • Corazón para reinar
    Oct 20 2025
    Enseñanza sobre "Corazón para reinar" El pr. Juan Carlos Parra compartió una revelación personal que recibió en su cumpleaños número 23 sobre la importancia de guardar el corazón. o Basado en Proverbios 4:23: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida". o Analizó la vida de varios reyes bíblicos, comenzando con Saúl y David, mostrando cómo sus corazones determinaron su reinado. o Explicó cómo Dios cambió el corazón de Saúl, pero éste lo echó a perder por orgullo. o Contrastó a Saúl con David, quien tenía "un corazón conforme al de Dios". o Presentó ejemplos de otros reyes como Salomón, Roboam, Abiam, Asa, Josafat, Joás, Amasías, Uzías, y cómo sus corazones afectaron sus reinados. o Compartió la revelación de los cuatro estados del corazón: 1. Corazón de piedra (del inconverso) 2. Corazón de carne (del renacido) 3. Corazón endurecido (creyente que ha perdido sensibilidad) 4. Corazón contrito y humillado (quebrantado ante Dios) • Conclusión o El estado del corazón determina no solo la vida personal sino también el liderazgo y la influencia sobre otros. o Es fundamental mantener un corazón humilde y quebrantado ante Dios para evitar caer en orgullo y alejarse de Su propósito. o Los líderes no están por encima de la Palabra de Dios, sino que deben ser los primeros en aplicarla a sus vidas. Desafíos • Mantener un corazón humilde y quebrantado ante Dios en medio del ministerio y las responsabilidades. • Evitar caer en el orgullo espiritual que puede llevar a la caída. • Reconocer y confesar los errores a tiempo para evitar consecuencias mayores. • Equilibrar la autoridad ministerial con la humildad personal.
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    53 mins
  • Sobrellevad los unos las cargas de los otros
    Oct 8 2025
    Sobrellevad los unos las cargas de los otros Gálatas 6:2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Y cumplid así la ley de Cristo: Al llevar los unos las cargas de los otros, estamos cumpliendo la sencilla ley de Cristo: Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros (Juan13:34-35). A lo largo de toda esta carta, Pablo luchó contra los legalistas entre los cristianos gálatas. Aquí, los ataca de nuevo. Pablo esencialmente dijo: “¿Quieren cumplir la ley? Aquí está su ley para cumplir. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo“. “De modo que Pablo puede estar diciéndoles, en efecto, que en lugar de imponer la ley como una carga sobre los demás, deberían quitar cargas de otros hombres y así cumplir la ley de Cristo”. “Este es un mandato sencillo de obedecer. Busquen un hermano o una hermana con una carga y ayúdenlos con ella. No es complicado y no se necesita un gran programa o infraestructura para hacerlo. Solo busquen una carga que quitar y sobrellévenla”. “Fíjense en la suposición que subyace a este mandato, a saber, que todos tenemos cargas y que Dios no quiere que las llevemos solos”. (John Stott pastor y escritor)
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    57 mins
  • La gran decisión
    Sep 30 2025
    La gran decisión En Radio y Tv Vida hablamos sobre la gran decisión que a todos nos debería preocupar, ya que nos jugamos todo en ella.
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    28 mins
  • Desertor o testigo
    Sep 30 2025
    DESERTOR O TESTIGO El caso de Demas el desertor Demas: Del pueblo; popular. Encuentro con Demás en El Progreso del Peregrino de Juan Bunyan Cristiano y Fiel, caminando juntos, llegaron cerca de una mina de plata que estaba junto al camino. Allí se encontraba un hombre llamado Demás, de rostro cortés y palabras suaves, que llamaba a los caminantes para que se desviaran un poco y mirasen. Demás: Venid acá, buenos señores; aquí hay una mina de plata. Si os inclináis un poco a este lado, podréis sacaros algún provecho. Fiel: (Deteniéndose un momento) ¿Es esto seguro? ¿No hay algún peligro? Demás: Oh, no; no es más que un pequeño desvío del camino, y allí podéis hallar gran ganancia sin ningún riesgo. Cristiano: Hermano Fiel, no vayamos. Yo he oído de este lugar, y de este hombre; y sé que muchos han perecido allí. Ese Demás es un enemigo declarado del Señor, y ha hecho caer a muchos con su halago. Fiel: Es verdad, hermano. Mejor es seguir adelante por el camino recto, que apartarnos por riquezas inciertas. Cristiano: (Volviéndose a Demás) No nos engañarás. Tú mismo eres condenado; y si hubiéramos seguido tu consejo, hubiéramos caído en la ruina contigo. Demás: (Con fingida cortesía) Si os parece, no importa. Cada cual es libre de escoger su camino. Cristiano y Fiel siguieron su camino, pero no pudieron evitar mirar hacia la mina de plata. Allí estaba Demás, con su sonrisa engañosa, llamando a otros peregrinos que venían detrás. —“Solo un pequeño desvío” —decía con voz melosa— “una oportunidad que no debéis perder”. Algunos viajeros, menos firmes, comenzaron a apartarse del camino. Dudaron apenas un instante… y luego, seducidos por la promesa de riqueza, se acercaron a la grieta. De pronto, la tierra bajo sus pies se abrió como boca traicionera. Un estruendo seco sacudió el aire, y los incautos cayeron al abismo. Sus gritos se perdieron en la hondura oscura, y jamás se les volvió a ver. Otros, con gran esfuerzo, lograron salir, pero ya no eran los mismos: sus cuerpos quedaron lisiados, sus pasos torpes, sus rostros marcados por el miedo. Para el resto de su peregrinaje llevarían el recuerdo de aquella caída: la señal imborrable de haber escuchado la voz de Demás. Cristiano, viendo la escena, exclamó con voz grave: —“¡Mira, hermano Fiel! Así terminan los que aman este mundo. Algunos perecen sin remedio, y otros, aunque salvan la vida, llevan las cicatrices para siempre.” Fiel bajó la cabeza, conmovido. —“Cierto es, hermano. Más vale caminar pobres, pero firmes en el Camino, que apartarse por riquezas que no aprovechan para la vida eterna.” Y así, dejando atrás a Demás y a la mina de plata, siguieron adelante con mayor determinación, dando gracias al Señor que les había librado de tal ruina. ⸻ “Os saluda Lucas el médico amado, y Demas.” ‭‭COLOSENSES‬ ‭4‬:‭14‬ ‭‬‬‬‬‬ La carta a los Colosenses fue escrita por el apóstol Pablo estando preso. La tradición más aceptada entre estudiosos es que la escribió desde Roma, durante su primera prisión domiciliaria (aprox. años 60–62 d.C.), al mismo tiempo que escribió Efesios, Filipenses y Filemón. Pablo menciona sus cadenas (Col 4:3, 10, 18). “Os saluda Lucas el médico amado, y Demas.” ‭‭COLOSENSES‬ ‭4‬:‭14‬ ‭‬‬‬‬‬ ⸻ “Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores.” ‭‭FILEMÓN‬ ‭1‬:‭23‬-‭24‬ ‭‬‬‬‬‬‬ La carta a Filemón también pertenece al grupo de las llamadas “cartas de la prisión”. Igual que con Colosenses, hay varias hipótesis sobre desde dónde la escribió Pablo: Opciones consideradas por los estudiosos 1. Roma (60–62 d.C.) • Es la opinión más extendida en la tradición cristiana. • Pablo estaba bajo arresto domiciliario (Hch 28:16, 30–31). • Coinciden los mismos colaboradores que en Colosenses: Aristarco, Marcos, Epafras, Lucas y Demas (Col 4:10–14 // Flm 23–24). Indicios internos • Pablo habla de estar “preso por Cristo Jesús” (Flm 1, 9, 13). • Planea una pronta liberación y visitar a Filemón (Flm 22), lo cual encaja bien con el arresto domiciliario de Roma. • Menciona a Onésimo, esclavo fugitivo convertido con Pablo, a quien envía de vuelta junto con Tíquico (Col 4:7–9; Flm 12). “Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores.” ‭‭FILEMÓN‬ ‭1‬:‭23‬-‭24‬ ‭‬‬‬‬‬‬ Sunergos: 4904 synergós (de 4862/ sýn, identificado estrechamente con y 2041/érgon, "obra") - propiamente, colaborador. Ver 4903 (synergéō). Compañero en la labor, en el trabajo https://bibliaparalela.com/greek/4904.htm Esta palabra la usa Pablo para: 1- Priscila y Aquila, sus colaboradores en Cristo: Romanos 16:3 2- Urbano, otro colaborador: Romanos 16:9 3- Timoteo, mi compañero de ...
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    59 mins
  • La preciosa ofrenda de la atención
    Sep 19 2025
    Primera reunión de Escuderos Global Unidos en la que aprendemos Juntos sobre La preciosa ofrenda de la atención.
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    22 mins
  • Venciendo a Moloc
    Sep 2 2025
    Venciendo a Moloc. Esta es una palabra que deberíamos escuchar todos los padres, líderes y educadores. Tenemos una guerra contra Moloc y en vencer o ser vencidos nos jugamos el futuro de nuestras generaciones.
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    58 mins
  • La vida cristiana es ser un buscador
    Aug 21 2025
    La vida cristiana es ser un buscador Debemos aprender a buscar. Buscar la presencia/rostro de YHWH • “Buscad a YHWH y su poder; buscad siempre su rostro” (1 Cr 16:11; Sal 105:4). • “Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro, YHWH, buscaré” (Sal 27:8). • Llamado urgente: “Buscad a YHWH mientras puede ser hallado” (Is 55:6; cf. Am 5:4,6). 1) Doble movimiento La Escritura presenta un doble movimiento: Edén: Dios busca al hombre caído: “¿Dónde estás?” (Gn 3:9). 1. Dios busca primero al ser humano; y 2) Dios llama al ser humano a buscarle con todo el corazón. Cuando respondemos a su llamado, aprendemos a buscar su Reino... La tensión teológica: ¿quién busca a quién? • “No hay quien busque a Dios” (Ro 3:11) —descripción de la humanidad sin gracia. • Pero: el Padre busca adoradores (Jn 4:23) y atrae (Jn 6:44); por eso, los que tienen fe le buscan (Heb 11:6). • Síntesis: La búsqueda humana es respuesta a la búsqueda previa de Dios (cf. 1 Jn 4:19 aplicado al amor). Esta dinámica sana el orgullo del “buscador” y lo vuelve adorador agradecido. 2) Palabras clave: “buscar” en hebreo y en griego • Hebreo: o דָּרַשׁ (darash): buscar, inquirir, consultar (al Señor, su voluntad); de aquí proviene midrash (indagación/explicación de la Escritura). o בָּקַשׁ (baqash): buscar intensamente, desear. o שָׁחַר (shachar): buscar de madrugada, tempranamente (Sal 63:1; Prov 8:17). • Griego: o ζητέω (zēteō): buscar, procurar (Matt 6:33; Jn 5:44; Col 3:1). o ἐκζητέω (ekzēteō): buscar con ahínco, diligentemente (Heb 11:6). o ἀναζητέω (anazēteō): buscar de nuevo o cuidadosamente (Lc 2:45). Matiz bíblico: “buscar” no es curiosidad superficial, sino orientación vital, prioritaria y perseverante (cf. “buscad primero…” Mt 6:33; “de madrugada te buscaré” Sal 63:1). 3) Acróstico BUSCAR ¿Qué buscamos los hijos de Dios? B – Biblia El alimento diario de la Palabra. “Escudriñad las Escrituras” (Juan 5:39). Juan 6:27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre. U – Unción La llenura del Espíritu Santo para vivir y servir. “Sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18). S – Santidad Vivir apartados para Dios, reflejando su carácter. “Seguid la paz con todos, y la santidad” (Hebreos 12:14). diókó Ortografía Fonética: (dee-o'-ko) Definición: persigues, persecución, perseguía, para poner en fuga, perseguir, por implicación para perseguir. diōkō -propiamente, perseguir de manera agresiva, como hace un cazador al persiguir su presa (premio). C – Comunidad La vida en el cuerpo de Cristo, restaurando y animando. “No dejando de congregarnos… exhortándonos” (Hebreos 10:25). • Iglesia: comunidad que busca lo de arriba (Col 3:1–2) y a los perdidos. A – Almas Pasión por los perdidos, como Jesús que vino a buscar y salvar. “El Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). 1️⃣ Búsqueda frustrada: religiosidad sin Cristo Testimonio de John Wesley (1703–1791) Antes de su conversión, Wesley —fundador del metodismo— era un buscador incansable. Estudió en Oxford, se ordenó sacerdote anglicano, fundó un grupo de disciplina espiritual (“el Club Santo”), ayunaba, oraba y predicaba. Incluso fue misionero a las colonias en América. Sin embargo, en su diario confiesa: “Fui a América para convertir a los indios, pero ¡ay! ¿quién me convertirá a mí?” Era un buscador sincero, pero atrapado en la religiosidad: esfuerzo humano, obras, deber, pero sin la certeza del perdón. Fue en Londres, el 24 de mayo de 1738, escuchando la lectura del prefacio de Lutero a Romanos en una reunión casera en la calle Aldersgate, cuando experimentó lo que llamó: “Sentí mi corazón extrañamente calentado. Sentí que confiaba en Cristo, en Cristo solo, para mi salvación. Y se me dio la seguridad de que Él había quitado mis pecados, incluso los míos, y me había salvado de la ley del pecado y de la muerte.” Wesley ilustra a alguien que buscaba a Dios pero se encontraba con “religión” hasta que halló a Cristo en la fe genuina. 2️⃣ Búsqueda saciada: hallando a Cristo en la comunidad Testimonio de Nicky Cruz (1938– ) Nacido en Puerto Rico, se trasladó a Nueva York, donde se unió a la violenta pandilla “Mau Maus”. Era un buscador perdido, lleno de odio, vacío, buscaba sentido en la violencia y la calle. En 1958, el evangelista David Wilkerson se acercó a los pandilleros con el mensaje del evangelio. Nicky cuenta que al principio solo vio a un “predicador religioso” y lo rechazó con violencia. Pero Wilkerson y otros jóvenes cristianos lo buscaron una y otra vez, mostrándole amor y comunidad auténtica. Finalmente, en una reunión evangelística en Brooklyn, Nicky oyó el mensaje de la cruz...
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    58 mins