El indi no es un estilo de música sino una actitud ante la industria musical pero con el tiempo, como todas las expresiones musicales, se han establecido una serie de códigos o estándares reconocibles bajo esta etiqueta. El libro "Indilogía" escrito por el músico y batería de la mítica banda granadina "Niños Mutantes" supone una obra literaria necesaria para comprender dicho movimiento desde los años 1980 hasta los 2000. Un libro compuesto por 46 referencias de las cuales hemos escogido 12 bandas muy representativas por variadas, diferentes y particulares en su discurso y estética. Una antología que nos ayudará - como ha ayudado a este programa - a establecer lazos comunes y amplificar y ampliar la idea de una música y un movimiento cultural que ya supone parte de nuestra inevitable mochila cultural.

Una programación titulada Cinco días. Flamenco antes y después del flamenco. Comisariada por el artista Pedro G. Romero para el Festival Europalia, este año dedicado a España. Un listín de flamencxs llenos de ruidos, silencios, extravagancias, cómplices de los saberes populares, sospechosos de no ser nada de eso y serlo todo a su vez. El marco de un centro cultural en la ciudad belga de Bruselas sirvió como cita acústica para generar ruido, mucho ruido. Aquí el ruido no es solo una cuestión material sino también un interrogante ante la idea de lo flamenco como disciplina artística. Un campo de sentido repleto de diferentes diversidades. Todas ellas flamencas, muy flamencas, extremadamente flamencas. Nuestro episodio de hoy es solo un rastreo de los posos que van dejando durante décadas una realidad latente y que nos invita a no dar marcha atrás. Antes y después no es historia sino eterno presente.

Nos revela el escritor Ramón Andrés que los mejores textos sobre música no siempre los escriben los musicólogos y seguramente las mejores reflexiones filosóficas no las hayan escrito filósofos. La filosofía y la música suponen dos dimensiones que se acercan y se encuentran, se cruzan y se enlazan, se tocan y se funden. Partiendo de premisas semejantes nos conducen por sendas paralelas. La canción de la vida y de su existencia son parte de la búsqueda. En el presente programa construimos un ramillete de canciones donde la filosofía y su lectura han sido parte de su poética ya que la filosofía no es solo reflexión ensayística sino también estética literaria que suena.

Un episodio construido a partir de la invitación por parte de Cristina Consuegra a participar en el ciclo "Filosofía ambulante". Un ciclo de pensamiento y diálogo que la Diputación de Málaga, a través del Centro Cultural La Malagueta, llevó a distintos municipios de la provincia para acercar la filosofía al público local. El proyecto se distingue por incluir no sólo a filósofos y pensadores reconocidos, sino también por dar voz y testimonios a miembros de la comunidad de cada localidad para enriquecer las conversaciones con diversas perspectivas. Todo ello con el objetivo de extender la programación cultural más allá de la ciudad de Málaga e integrar a las localidades en el diálogo filosófico, siempre a priori tan alejado de ciertos sectores de la población. Una base con la que hemos edificado una serie de referentes que han coexistido y desarrollado una labor creativa entre la música y la filosofía proponiendo así un interrogante más ante el planteamiento de su supuesta frontera.

San Juan de la Cruz, San Agustín pasando por John Cage, Miguel Angel Martin Delgado, Miguel Anxo Bastos o el maestro que nos regala el título del presente programa el legendario Peter Handke son el comienzo de algo que no tiene ni principio ni fin, la duración. Hay un tiempo que se contabiliza, que atiende al Dios Cronos y otro que se experimenta y que hace referencia al Dios Chronos. Todos lo conocemos, lo encarnamos pero nadie sabría verdaderamente explicarlo. La palabra "duración" proviene del latín dūrātiōnem, que a su vez deriva del verbo latino durare (durar, persistir), formado por la raíz dur- (sólido, duro) y el sufijo -ción, que indica acción y efecto. Por eso decir duración es ya estar en ella pero siempre de forma muy diferente.

La invitación para realizar un coloquio dentro del programa "A fuego lento" por parte de 21 distritos en la cocina del C.C. Eduardo Úrculo en el barrio madrileño de Tetuán, supone el punto de partida del presente programa. Un episodio construido a partir de diferentes poemas recogidos en mis dos últimos libros (Llamadme amparo y Conversaciones con un monje de madera) que hacen de guía estructural para tratar temas como la memoria del hambre, la humildad, el exceso y la escasez, el agradecimiento, la lentitud, la paciencia, el trabajo o la familia, entre otros. Todo ello para seguir preguntándonos y descubriendo a qué sabe el sonido.

Con los últimos ecos de la festividad de los muertos por parte de los vivos desarrollamos un programa donde abordamos diferentes formas de abordar la muerte. La ironía, el sarcasmo o el humor siempre han sido mecanismos no tan solo de defensa ante lo inminente sino también meras herramientas de comprensión de la finitud de la existencia. Un devenir que nos plantea la idea de morir como algo de lo que todos debemos ocuparnos para así vivir mejor. Una realidad que aunque desconocida siempre condiciona todo tiempo vivido de ahí a que muchos hayan querido vivirlo con una alegría revolucionaria.

La escucha como algo que va más allá del oír sigue siendo una problemática en los tiempos actuales. Varios medios especializados en las artes se hacen eco para seguir pensando en las llamadas políticas de la atención, desaceleración y el estrés. Tomando como referencia estructural algunos de los artículos publicados en el último número de la revista Dramática, una revista original del Centro Dramático Nacional, edificamos un episodio repleto de invitaciones a resistir a través de la escucha y el conocimiento. La toma del tiempo propio, las dificultades de ciertos sectores en las artes escénicas así como las batallas entre lo visual y lo auditivo serán espacios donde seguir debatiendo hacia una escucha mayor del mundo que nos rodea y al que pertenecemos.