La catequesis de hoy la dedicamos al octavo mandamiento: «No dirás falso testimonio ni mentirás»; este mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con los demás. Es grave vivir de “comunicaciones” no auténticas, porque impide las relaciones recíprocas y el amor al prójimo.

Proverbios 10:4 se dice que la mano negligente empobrece, pero la mano diligente enriquece. Además, en Proverbios 13:4 se dice que el deseo del perezoso le lleva a la muerte, mientras que el deseo del diligente es saciado.

No digan malas palabras, sino solo palabras buenas que edifiquen la comunidad y traigan beneficios a quienes las escuchen. No hagan que se entristezca el Espíritu Santo de Dios, con el que ustedes han sido sellados para distinguirlos como propiedad de Dios el día en que él les dé la liberación definitiva.

No seas vengativo con tu prójimo ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. ( Levítico 19:18-34)

No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha. (Isaías 41:10-20)

La moderación requiere un fuerte autodominio y la capacidad de controlar los deseos y pasiones. Se debe utilizar el tiempo sabiamente, evitando la negligencia y el desperdicio.Se debe ser cuidadoso en el manejo del dinero, evitando la prodigalidad y la avaricia. Debemos ser pacientes y perseverantes en la vida, buscando un equilibrio entre el esfuerzo y el descanso.

La oración con vehemencia, es una oración ferviente y apasionada, con un profundo sentimiento de necesidad y urgencia. Se caracteriza por una persistencia y una fe inquebrantable, como se ve en personajes bíblicos que pidieron con fervor y obtuvieron respuesta.

Jesús llama a sus discípulos a ser "pescadores de hombres" (Mateo 4:19). Esto significa que, al igual que los pescadores que capturan peces, estos discípulos deben ser hábiles para ganarse a personas para el reino de Dios. Esto requiere un compromiso con compartir el evangelio, mostrar amor y compasión, y usar las herramientas de la Palabra de Dios para atraer a los demás a la fe