18 de julio. EL DON DE LA DESESPERACIÓN

«Nuestra enfermedad siempre reaparecía o seguía avanzando hasta que, desesperados, buscamos ayudarnos los unos a los otros en Narcóticos Anónimos.»

Texto Básico, página 15.

Cuando pensamos en la desesperación, nos imaginamos una situación indeseable: un pobre ser que se arrastra agarrándose frenéticamente a algo que necesita con locura, con ojos de desesperación. Pensamos en animales perseguidos, niños hambrientos y en nosotros mismos antes de encontrar N.A..

Sin embargo, fue la desesperación que sentíamos antes de llegar a N.A. lo que nos obligó a aceptar el Primer Paso. Acabábamos de quedarnos sin ideas, por eso nos abrimos a las nuevas. Nuestra falta de sano juicio finalmente había llegado a ser más alta que los muros de nuestra negación y nos vimos obligados a ser honestos respecto a nuestra enfermedad. Nuestros mejores esfuerzos para controlarla no habían hecho más que agotarnos; por lo tanto, estuvimos dispuestos a rendirnos. Habíamos recibido el don de la desesperación y, como consecuencia, pudimos aceptar los principios espirituales que permiten nuestra recuperación.

La desesperación es lo que nos impulsa a muchos a pedir ayuda. Una vez que llegamos a este estado, podemos dar la vuelta y empezar de nuevo. Así como un animal perseguido y desesperado busca refugio, así lo buscamos nosotros en Narcóticos Anónimos.

SÓLO POR HOY: El don de la desesperación me ha ayudado a ser honesto, receptivo y a tener buena voluntad. Estoy agradecido por este don porque ha hecho posible mi recuperación.

17 de julio. LA UTILIDAD DE SOÑAR QUE CONSUMIMOS

«Aceptamos completamente el hecho de que todos los intentos de dejar de consumir o tratar de controlar nuestro consumo fallaron?»

Texto Básico, página 22.

La habitación está a oscuras. Tu frente bañada en sudor frío. Tu corazón late de prisa. Abres los ojos, seguro de que has echado a perder tu tiempo limpio. Acabas de soñar que consumías y todo era exactamente igual: la gente, los lugares, los hábitos, las náuseas en el estómago, todo. Tardas unos minutos en darte cuenta de que ha sido una pesadilla, de que no sucedió en realidad. Poco a poco te tranquilizas y vuelves a dormirte.

A la mañana siguiente llega el momento de examinar qué pasó anoche. No consumiste, pero hoy ¿hasta qué punto estás cerca de consumir? ¿Tienes alguna ilusión sobre tu capacidad para controlar el consumo? ¿Sabes, sin lugar a dudas, qué pasaría si tomaras esa primera droga? ¿Qué te separa de una recaída auténtica? ¿Es sólido tu programa? ¿Y tus relaciones con tu padrino o madrina, tu grupo habitual, tu Poder Superior?

Soñar que consumimos no necesariamente indica un agujero en nuestro programa. Para un adicto a las drogas no hay nada más natural que soñar con consumirlas. Algunos pensamos que este tipo de sueños son un regalo de nuestro Poder Superior, que nos recuerda claramente la locura de la adicción activa y nos anima a fortalecer nuestra recuperación. Si lo vemos así, podemos dar las gracias a este tipo de sueños. Por muy aterradores que sean, pueden llegar a ser muy útiles si los usamos para reforzar nuestra recuperación.

SÓLO POR HOY: Examinaré mi programa personal. Hablaré con mi padrino o madrina sobre lo que descubra y buscaré la forma de fortalecer mi recuperación.

Sólo por Hoy NA, 31 de diciembre: Prestar servicio.