Hola familia, y bienvenidos al día 14 de nuestra Novena del Rosario de 54 Días. Soy tu anfitriona, Maritza Mendez, y estoy muy feliz de que estés aquí una vez más.

Cada vez que vuelves a la oración, le recuerdas a tu alma que le pertenece a Dios, no al miedo, no a la tentación,no al ruido del mundo. Y de eso se trata esta novena: de regresar, una y otra vez, a Su gracia.

Esta temporada seguimos orando por la paz en el mundo, por la libertad de las adicciones, por quienes están luchando, por quienes están en recuperación, y por las familias y amigos que caminan con ellos con amor y fe.

También estamos orando por las intenciones que llevas en tu corazón. Y si deseas que oremos por ti por nombre, por favor visita 54daysofroses.com para enviar tu intención.

Hoy hablemos de algo muy real: los detonantes y la tentación.

Todos tenemos momentos que despiertan nuestras debilidades, ciertos recuerdos, emociones, lugares o personas que nos llevan de vuelta a viejos hábitos o heridas. A veces pensamos que la tentación aparece de la nada,
pero en realidad, casi siempre empieza con algo pequeño: un momento de estrés, soledad, miedo, o incluso orgullo.

Comprender nuestros detonantes no significa que somos débiles. Significa que estamos creciendo en conciencia, que estamos aprendiendo a ver qué cosas nos quitan la pazy cómo podemos invitar a Dios a esos momentos en vez de enfrentarlos solos.

El enemigo quiere que escondamos nuestras luchas. Pero la gracia nos invita a nombrarlas. Porque cuando las nombramos, podemos entregarlas, y ahí es donde comienza la sanación.

Cuando llegue la tentación, recuerda esto: no tienes que pelear solo. Llama a Jesús. Reza un Ave María. Toma tu Rosario. Incluso decir “Jesús, ayúdame” es suficiente para mover tu corazón de la tentación a Su presencia.

Nuestra Madre Santísima siempre nos va a guiar lejos de lo que destruye nuestra paz y hacia lo que sana nuestra alma.

Nuestra oración de hoy es Jesús, ayúdame a reconocer lo que despierta mi debilidad. Y cuando llegue la tentación, recuérdame que Tú eres más fuerte. María, protege mi mente, mi corazón y mi paz.

Si estás escribiendo en tu diario, tómate un momento para escribir: ¿Qué detonantes me hacen perder la paz, y cómo puedo invitar a Dios a esos momentos en vez de rendirme a ellos?

Comencemos.

Santa Madre, Reina del Santísimo Rosario, intercede por nosotros mientras oramos por la paz en el mundo, por quienes luchan contra las adicciones, los que están en recuperación, por sus familias, y amigos.

Hoy oramos especialmente por: Alice, Alexis, Anabelle, el alma de Ana, Annie B, Ashley, Ava, Baby Maeve, Familia Brown, Carlos, Ceasar, Cherie, Daniel, Damian, Ella, Eddie, Evan, Familia Fuentes, Familia Gatdula, Familia Gaerlan, Familia Martil, Familia Melo, Familia Miranda, Familia Pérez Santos, Familia Reyes, Familia Soriano, Familia Farrar, Fe’, Francisco, Gabriel, Giani, Gianna, Gloria, Hazel, Hugh, Irene, James, Jennifer, Jewel, Jing, Jorge, Juan, Kyle, Karena, Leanne, Lilia, Lissette, Lorena, Luke, Maria, Maria Olga, Maria Soledad, Mariano, Mary P, Michael, Michol, Michelle, Monica, Nadean, Patricia, Familia Quintal, Raul, Salvador, Salvador B, Sam, Sean, Sharon, Sheila, el alma de la hermana Mary Agnes, Susana, Susan, Taylor, Teresa, Tessie, el alma de Tyler, Ubaldo, Yesenia y Yocelyn.

Con amor,
Maritza Mendez

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