Os compartimos la predicación de Agustina Ranellucci, quien nos llevó a través de la carta a los Filipenses para redescubrir el llamado a vivir con virtud. Pablo nos enseña que una iglesia virtuosa no es solo correcta en conducta, sino profundamente alineada con su propósito: amar y servir al Señor. La virtud es coherencia, intención y dirección. No se trata solo de fe, sino de una fe que actúa con propósito. ¿Estamos viviendo como una persona e iglesia virtuosa, con identidad espiritual, mente renovada y un corazón lleno de amor?

Os compartimos la predicación de nuestro pastor Ángel Martínez, quien nos desafía a examinar nuestro corazón a la luz del mensaje a las iglesias del Apocalipsis. ¿Hemos perdido el primer amor? ¿Nos hemos vuelto tibios? Jesús debe ser el centro de nuestra vida, no nuestros logros ni nuestro bienestar material. Dios no busca que simplemente hagamos cosas, sino que vivamos con un fuego encendido por Él. Si reconocemos que nos hemos enfriado, es momento de arrepentirnos y volver a lo esencial: amar a Cristo con pasión y sinceridad.

Os compartimos la predicación de Sergio Gallardo, quien nos llevó por la historia del pueblo de Israel y su exilio en Babilonia, comparándolo con nuestra vida hoy como cristianos en un mundo que no es el nuestro. En el exilio, el pueblo aprendió a valorar lo que Dios les había dado, a mantener su identidad en medio de una cultura ajena y a asegurar un testimonio firme para las futuras generaciones. Nos animó a ser valientes, a vivir con propósito allí donde Dios nos ha plantado, y a buscar la unidad como verdadero reflejo del amor de Dios.

Os compartimos la predicación de nuestro pastor Ángel Martínez, quien nos trajo una palabra profunda y necesaria para todo seguidor de Cristo. Nos recordó que seguir a Jesús no siempre es cómodo: implica confrontar nuestro interior, morir al orgullo y dejar que Dios transforme lo más profundo de nuestro corazón. Jesús venció la tentación con la Palabra, y nosotros también debemos alimentarnos de ella para mantenernos firmes. Nos advirtió del peligro de la hipocresía y del fariseo que todos podemos llevar dentro. La fe auténtica no solo escucha, actúa. La gracia de Dios no excusa el pecado, lo redime, y nos invita a una vida de coherencia y verdad.

Sergio Rojas nos habla a través de este mensaje, del pecado nos aparta de Dios y oculta nuestra esencia. Si volvemos a Dios, Él revela nuestra verdadera naturaleza y por tanto nuestro propósito, porque sin su presencia nada tiene sentido.

Si queremos ver el mover del Espíritu Santo en nuestras vidas, debemos despojarnos de todo aquello que nos aleja de su presencia, buscarlo y quebrantar nuestros corazones, y entonces, su fuego como una antorcha, arderá y obrará de una manera sobrenatural e inimaginable.

Hoy el pastor Ángel nos invita a reflexionar sobre la resurrección y el poder de la fe en nuestras vidas. En Hechos 2:41, vemos cómo la iglesia crecía en número y en fe. La vida en comunidad y la unión en la fe son fundamentales para nosotros como creyentes.

El ser humano por naturaleza es egocéntrico y egoísta y actualmente se nos invita indirectamente a pensar solo en nosotros en lo que nos haga bien, pero nosotros debemos ser diferentes. Debemos afectar positivamente a los que están fuera y dentro de la iglesia, practicando la compasión y el compromiso. Siendo como Jesús anhela que seamos.

Dios nos creó a su imagen y semejanza, y debemos mantener una relación cercana con Él. El sacrificio de Cristo en la cruz es un ejemplo de su amor por nosotros. Como discípulos de Cristo, debemos aprender a ser como Jesús.

Os compartimos la predicación de Roque Caballero, quien nos recordó que ni todo el dinero del mundo puede comprar lo verdaderamente valioso: el tiempo, el amor o evitar la muerte. En el Edén, Adán lo tenía todo, pero cedió a la tentación, y desde entonces el enemigo gobierna este mundo. Sin embargo, Jesús, presente desde el principio, vino a reconciliar lo que se perdió. En el desierto, enfrentó al enemigo y venció, iniciando así la proclamación del Reino de los Cielos, un reino tan valioso que no se puede comprar. Aunque no podemos evitar el sufrimiento del mundo, sí podemos vivir con la paz y la plenitud que da Dios. En Cristo, volvemos al Edén, a casa, y somos llamados a labrar la tierra —nuestro corazón y el mundo— para que el Reino de Dios crezca en nosotros y a través de nosotros. El valor del Reino de los Cielos lo es TODO.

El mensaje que el Pastor Ángel nos comparte nos hace examinarnos y reflexionar acerca de: Establecer objetivos claros y alcanzables los cuales nos pueden ayudar a vivir una vida con propósito y dirección. Encontrar el propósito para el cual Dios nos ha llamado en la vida puede ser un paso importante para vivir una vida íntegra y enfocada en Él.

La palabra de Dios es una fuente de sabiduría y guía para vivir una vida íntegra esto nos permite crecer en la fe y es un un ancla para nuestra vida ayudándonos a enfrentar los desafíos diarios.

Seguir a Jesús y vivir como discípulos suyos es un llamado importante, pero solo algunos acceden a ese llamado. De esta manera podemos vivir una vida que agrada a Dios y puede ser un desafío diario, pero también puede ser una fuente de crecimiento y transformación.