Hernán Zin siempre quiso tener un perro, pero cómo se pasó la mayor parte de su vida saltando de avión en avión, de guerra en guerra, no le fue posible. 

Ahora que el estrés postraumático lo ha alejado de los conflictos bélicos, se ha animado a dar el paso. Sobre todo, alentado por su terapeuta, la prestigiosa Marian Rojas Estapé, que le dijo: “Un perro es dopamina con patas”. 

Bueno, no todos los perros. 

Joy es un animal atípico. No quiere que lo saquen a pasear, no duerme en la cama con Hernán ni está todo el día pidiendo que le hagan caricias. 

Sin embargo, ha sido lo mejor que le ha podido pasar en la vida. 

En este nuevo episodio de su podcast, Hernán Zin nos explica la razón. Con los vídeos de Joy en acción, para que nadie dude de su palabra. Ni de la de Joy. 

Una producción de Joy Land.

La revolución del podcast.

www.joyland.es

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Cuando estás convencido de algo, cuando crees en ello, debes tirar para adelante sin vacilaciones. Esta es una de las mayores lecciones que la guerra le dejó a Hernán Zin.

Si lo que emprendes te sale mal, recibirás valiosísimas lecciones que aprender. Si te sale bien, bingo. Lo que no puedes es dudar. O mirar para atrás, observar los errores y fustigarse. Todo es aprendizaje. Esa es la lógica de la vida.

Con su habitual humor, Hernán nos cuenta algunos momentos en la guerra en los que decidió tirar para adelante, lanzar los dados. “Alea iacta est”, como dijo Julio César antes de cruzar el Rubicón.

Una producción de Joy Land.

La revolución del podcast.

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